miércoles, 24 de noviembre de 2010

El teatro y la música


Esas dos artes alcanzan una madurez sublime en la Edad Moderna. Mientras en muchas culturas del mundo se habían alcanzado expresiones refinadísimas de formas teatrales y musicales sagradas, como las danzas balinesas basadas en lamitología hindú (Katchak y Barong), en el siglo XVII, de una forma simultánea en cada extremo del mundo, se desarrollan paralelamente el kabuki japonés, y los teatros clásicos de las tres principales culturas de Europa Occidental (éstas sí interrelacionadas): el español (Lope de VegaCalderón de la Barca,Tirso de Molina), el inglés (William Shakespeare) y el francés (Jean RacinePierre Corneille y Molière). En el surgimiento del teatro clásico europeo confluyen tradiciones medievales, tanto de escinificaciones religiosas (autos sacramentales) como profanas (titiriteros antepasados de los cómicos de la legua, aún presentes en la Comedia del arte, que también se dejará ver en la raíz de un teatro ilustrado como el de Carlo Goldoni), y se ahorman a la disciplina de las normas literarias clásicas, recuperadas de la antigüedad grecolatina en un extraordinario caso de resurrección arqueológica. Las artes escénicas comprenden también una música que, además de la tradición coral e instrumental eclesiástica medieval, recoge temas, aires y danzas populares e incluso, en algún caso, la influencia de otras civilizaciones (el siglo XVIII vivió una fiebre turca en lo musical, con incorporación de instrumentos y un peculiar sentido del ritmo de las potentes marchas militares otomanas). La llamada música clásica, que tiene sus primeros nombres sagrados en compositores barrocos comoJohann Sebastian BachVivaldi o Haendel, culmina con las cumbres del clasicismo musical (Haydn y Mozart). Niños prodigio como éste último o cantantes como el castrato Farinelli (que demostró tener más visión para los negocios) recorren europa "fichados" por las casas reales como los futbolistas actuales. Los instrumentos y las agrupaciones se van perfeccionando, quedando establecida la llamada música de cámara, adecuada a la escenografía de los palacios rococó, mientras que los teatros requieren mayores formaciones, pues acogen a un público más amplio, que, (a la espera de las sinfonías de Beethoven o los valses de Strauss), celebra La flauta mágica. Como forma musical, la ópera (nacida con el Orfeo de Monteverdi en 1607) sólo ha empezado a recorrer un camino que la llevará en el siglo XIX a ser un vehículo de la ideología revolucionaria (Giuseppe Verdi o Wagner), pero de momento sirve perfectamente para adaptar libretos tan subversivos como los de Beaumarchais(Las bodas de Fígaro de Mozart y El barbero de Sevilla, de Rossini).


Entre tanto, la música europea se difunde por el mundo, en primer lugar por las colonias americanas, donde es recibida y reelaborada con gran éxito, incluyendo los famosos indígenas músicos de las reducciones jesuíticas del Paraguay.

1 comentario: